Hay muebles a los que uno le agarra cariño. El sol, la humedad y nuestro clima tropical… (como decía el anuncio de shapoo) daña la pintura, el brillo se acaba y los golpes del uso diario pueden volverlo un mueble viejo y desagradable a la vista.
Sin embargo si la madera es buena siempre tiene salvación. La noble madera tiene la virtud de poder restaurarse fácilmente.
Como ejemplo esta mesa decorativa con cajones. Su aspecto inicial hace que den más ganas de ponerla al fuego que de restaurarla.
Sin embargo es posible darle una nueva vida de manera muy fácil volviéndola a lacar:
Necesitaremos:
- Lija de madera #100 a 200. Lijadora eléctrica opcional.
- Lija de agua #400 y 800
- Masilla de carpintero
- Tinte para madera
- Laca transparente
- Brochas (soplete de pintor opcional)
Primero comprobamos que la estructura esté en buen estado. Podemos hacer algunos arreglos simples en caso que haya daños.
Si el mueble está lacado, deberemos quitar la laca aplicando líquido removedor de pintura, dejar actuar un par de horas y remover con una espátula.
Luego hacemos un lijado completo del mueble (una lijadora eléctrica es ideal para no pasarnos dos días lijando) hasta dejar el color natural de la madera.
Si hay fallas en la madera se pueden arreglar con masilla de carpintero, aplicando una o varias capas y dejando secar completamente hasta que esté dura.
Luego de lijar perfectamente podemos aplicar un sellador de madera (opcional) y volver a lijar hasta dejar la superficie completamente lisa.
A continuación aplicamos el tinte de madera.
Se puede aplicar más de una capa de tinte y dejar secar para ir comprobando el tono hasta que obtengamos el deseado (mientras más capas de tinte, más obscuro el color; si se nos pasa podríamos volver a lijar).
Finalmente podemos aplicar barniz o laca trasparente.
Aplicamos una capa de laca, dejamos secar y pulimos con lija de agua fina. Repetimos el procedimiento dos o tres o más veces, según cuán gruesa querramos la capa de laca. Al final se pule con lija muy fina (#800 por ejemplo) hasta que la laca quede con un brillo natural.
Finalmente se ensamblan de nuevo todas las piezas. En este caso reemplazamos las perillas originales de los cajones por otras más modernas.
Y listo, ¡un mueble restaurado por la décima parte del valor de comprar uno nuevo!